Trastornos del Espectro Autista (TEA)
Trastornos del Espectro Autista (TEA)
Definición
Los Trastornos del Espectro Autista (TEA) se definen como una disfunción neurológica crónica con una fuerte base genética, que se manifiesta desde edades tempranas a través de una serie de síntomas relacionados con la interacción social, la comunicación y la falta de flexibilidad en el razonamiento y los comportamientos. El grado de gravedad, la forma y la edad de aparición de cada uno de los síntomas varían de un individuo a otro, definiendo así las diferentes categorías diagnósticas. A pesar de estas clasificaciones, ninguna persona con TEA presenta las mismas características observables que otra.
En todos los casos, se observan manifestaciones clínicas en las siguientes áreas: interacción social, comunicación y un repertorio restringido de intereses y comportamientos. Estas manifestaciones suelen aparecer en los primeros años de vida y varían en función del desarrollo y la edad cronológica de los niños.
La complejidad de las manifestaciones clínicas sugiere una etiología multicausal. Los avances más recientes indican la importancia de los factores genéticos y algunos posibles factores ambientales, que provocan alteraciones cerebrales muy tempranas.
Se acepta que “el autismo es el trastorno más genético de los síndromes neuropsiquiátricos” y que es, principalmente, la consecuencia de la alteración de un conjunto de genes interdependientes, distribuidos en distintos puntos del genoma.
¿Puede mi hijo o alumno tener TEA?
Interacción social alterada
- En bebés: Contacto visual, expresiones y gestos limitados, lo que a veces se traduce en una especie de sordera selectiva ya que no suelen reaccionar cuando se les llama por su nombre.
- En niños pequeños: Falta de interés en ser ayudados, falta de habilidad para iniciar o participar en juegos con otros niños o adultos, juegos en solitario, respuesta inapropiada en las relaciones sociales formales.
Comunicación verbal y no verbal alteradas
- No usan el lenguaje verbal y/o corporal como comunicación funcional, incluso puede existir mutismo en los casos más graves. Algunos niños inician el desarrollo del lenguaje en el primer año de vida pero pueden sufrir una regresión a partir del segundo año y perderlo. Otros, en cambio, sufren retrasos generalizados en todos los aspectos del lenguaje y de la comunicación (no compensan con gestos o mímica).
- Cuando el lenguaje está presente, existe una alteración importante de la capacidad para iniciar o mantener una conversación: ecolalia, confusión de pronombres personales (se refieren a ellos mismos en segunda o tercera persona), repetición verbal de frases o alrededor de un tema particular y anormalidades de la prosodia. Utilizan un lenguaje estereotipado.
Restricción de intereses y comportamientos estereotipados y repetitivos
- Preocupaciones absorbentes por uno o más patrones estereotipados y restrictivos de interés que resultan anormales en su intensidad o en su contenido. Es común la insistencia exagerada en una misma actividad, rutinas o rituales específicos. Tienen escasa tolerancia a los cambios de dichas rutinas. Suelen adquirir manierismos motores estereotipados y repetitivos como sacudir o girar las manos o dedos, o movimientos complejos de todo el cuerpo.
Respuesta inusual a los estímulos
- Percepción selectiva de determinados sonidos, que se traduce en no responder a voces humanas o a su propio nombre y en cambio ser extremadamente sensibles a ciertos sonidos, incluso considerados suaves para la mayoría. De igual forma ocurre con determinados estímulos visuales, táctiles, de olor o sabor. Esto a veces se traduce en trastornos de la alimentación por su preferencia o rechazo a determinados sabores o texturas, o rechazo a determinadas prendas de vestir por el color y tacto. A veces presentan una disfunción grave de la sensación del dolor, que puede enmascarar problemas médicos como fracturas.
Trastornos del comportamiento
- A veces muestran dificultad para centrar la atención en determinados temas o actividades que no han sido elegidos por ellos mismos. Algunos niños suelen ser considerados hiperactivos o con problemas de déficit de atención, llegando incluso a niveles significativos de ansiedad. Otros responden a los cambios o frustraciones con agresividad.
Habilidades especiales
- Algunos niños pueden mostrar habilidades especiales en áreas sensoriales, de memoria, cálculo y otras, que pueden hacer que destaquen en temas como música, arte o matemáticas.